Los niños de cumaral exploran sus jardines mágicos
En la región del Piedemonte Llanero en Colombia, entre los paisajes de Cumaral, Meta, un grupo de niños comenzó una aventura especial. Salieron de sus rutinas diarias para descubrir el mundo mágico de las aves que les rodeaban. Con la guía de educadores de Casa Raizal, los niños aprendieron, exploraron y se conectaron con las aves de su entorno. Casa Raizal es un colectivo socioambiental que tiene como objetivo la apertura de espacios que permitan reconstruir y tejer formas distintas de relacionarse ante la vida. Su trabajo se organiza en torno a la construcción de territorios sustentables desde perspectivas agroecológicas y permaculturales, la educación popular ambiental, el desarrollo de espacios comunitarios para el encuentro cultural y la comercialización de productos locales.

Un vuelo hacia la naturaleza
Durante varios años, Casa Raizal ha integrado la educación ambiental en su comunidad. Para ellos, las aves no solo son hermosas, sino también mensajeras del equilibrio y la convivencia entre las personas y la naturaleza. Con esta visión, lanzaron las actividades «Conociendo las Aves de Mi Barrio», una experiencia de aprendizaje práctica, diseñada para abrir los ojos de los jóvenes participantes a la diversidad de aves con las que cohabitan en la región.
Las actividades se llevaron a cabo en el Barrio La Playa, a lo largo de las orillas del río Guacavía, y en el Barrio El Prado, una zona urbana en el corazón de Cumaral. Durante las sesiones, niños de 8 a 16 años aprendieron a identificar aves y sus hábitats, como también, a apreciar los roles que las aves tienen en la naturaleza.

Aprendiendo a observar
Cada sesión combinaba teoría y práctica. Así, los estudiantes no solo aprendían en una sala, sino también, experimentaban el aprendizaje afuera, en contacto con la naturaleza. Aprendieron acerca de la morfología de las aves.



Exploraron cómo la forma del pico se relaciona a su alimentación y supervivencia. También hablaron acerca de la migración, endemismo y conservación, profundizando su comprensión del mundo de las aves y cómo todos podemos tener un rol en su sobrevivencia.

Con binoculares y guías de campo en mano, practicaron la identificación de especies locales. Además, registraron sus observaciones en eBird, una plataforma global de ciencia participativa del Laboratorio de Ornitología de la Universidad de Cornell (Cornell Lab of Ornithology), contribuyendo así, a la investigación de las poblaciones de aves de todo el mundo.

Uno de los momentos más emocionantes del programa fue participar en el evento “Global Big Day”, un evento mundial de observación de aves de eBird, que se realiza cada mayo, durante todo un día. Con los binoculares en mano, los jóvenes salieron al campo con entusiasmo. Exploraron su entorno, observaron aves y registraron cada especie que encontraron, sintiéndose parte de algo más grande.
Apoyo comunitario
El entusiasmo de los niños logró unir a la comunidad y fortaleció un propósito compartido. Los negocios locales, como Rústica, Cerro Bendito y Café Cerrero, ofrecieron refrigerios y apoyo, haciendo las jornadas más gratas y amenas. Amigos y familiares también participaron, abriendo sus hogares como espacios de aprendizaje. Fue este espíritu de colaboración y compromiso colectivo lo que hizo posible que las actividades fueran todo un éxito no solo con los niños, sino también con sus familias y comunidad.


Un impacto duradero
Al término de las actividades, los niños no eran solo observadores casuales de las aves en su entorno; se habían convertido en exploradores curiosos, futuros conservacionistas y jóvenes involucrados en la ciencia y el mundo que les rodea.
El éxito de Conociendo las Aves de Mi Barrio demuestra el poder de la educación ambiental en las comunidades. Cuando se basa en la experiencia práctica y la colaboración comunitaria, su impacto es aún mayor. Casa Raizal sigue fortaleciendo estos lazos. Su objetivo es que las futuras generaciones de Cumaral crezcan con un respeto más profundo por la naturaleza y aprecien a las aves, viéndolas como ‘nuestros aliados en el cielo’.

Casa Raizal agradece a todos quienes hicieron posible el taller Conociendo las Aves de Mi Barrio. Gracias al Laboratorio de Ornitología de la Universidad de Cornell por la beca que permitió la compra de binoculares. A los negocios locales Rústica, Cerro Bendito y Café Cerrero por su apoyo con refrigerios. A los amigos y familias que ofrecieron espacios, transporte y ayuda en las actividades. A Cumaral Biodiversa y a El silencio, Resguardo de Vida Silvestre por su valiosa colaboración durante el proceso. A la comunidad de Cumaral por su entusiasmo y compromiso. Y, sobre todo, a los niños y niñas que participaron con curiosidad y alegría.
Fotos son cortesía de Casa Raizal
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